En esta columna destaco que una economía moderna es un juego de suma positiva, y no de suma cero como nos quieren hacer creer algunos líderes y opinadores.
Es con la conciliación de intereses de los distintos grupos sociales , y no con el enfrentamiento, como se consigue el progreso económico y social.
Las políticas de vivienda que contraponen arrendatarios y propietarios son un ejemplo de esta nociva visión de la economía como un juego de suma cero. La hemos de desterrar de una vez por todas.
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