Han salido comentarios en prensa sobre los recientes datos de #deudapública para el conjunto de la Administración. He visto que los análisis resaltan que ha caído la deuda en proporción del Producto Interior Bruto (PIB), incluso más de lo que se había previsto. Se ha pasado de 111,7% a 107,7%.
La lectura que se ha hecho de estos datos ha sido positiva, pero me permito discrepar.
La razón es muy sencilla. Toda la mejora se debe a los aumentos de precios de la economía española. No al aumento del PIB en términos reales.
La deuda en euros corrientes subió el año pasado un 4,8%. De 1503 a 1575 miles de millones de euros. El PIB en euros corrientes también subió, de 1346 miles de millones a 1462, con un aumento del 8,6%. Por tanto, la ratio Deuda/(PIB en euros corrientes) descendió como se ha publicado. Cierto. Pero ese 8,6% tiene un elevadísimo componente de aumento de precios, puesto que la actividad real aumentó en un 2,5%.
De hecho, si calculáramos la ratio Deuda/(PIB real) en 2023 veríamos que ha aumentado de 111,7% a 114,2%. Es bien sabido: para el Estado la mejor manera de pagar la deuda es reducir el valor real de la misma, a través de la inflación. Esto es lo que sucedió en España en 2023.
No nos confundamos con las cifras.